Hellfest Open Air 2026
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Hellfest Open Air – Clisson, Francia









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Hellfest es un festival de música que se celebra anualmente en la ciudad de Clisson, en la región de Loira Atlántico, Francia, y que se ha convertido en uno de los eventos más emblemáticos del metal y el rock pesado en el mundo. Surgido en los años 2000, el festival creció hasta convertirse en una referencia internacional, atrayendo a decenas de miles de aficionados de diversos continentes. Desde su creación, Hellfest se ha consolidado como un espacio vibrante de celebración de la cultura alternativa, abrazando distintas vertientes del rock y el metal, con escenarios variados y una programación amplia que mezcla nostalgia e innovación.
Clisson, una pintoresca localidad con el encanto típico del interior francés, vive una verdadera transformación durante los primeros días de verano. Sus callejuelas se llenan de color y movimiento cuando los visitantes visten estilos que van desde el negro monocromático hasta los más extravagantes, con piercings, tatuajes, cabellos teñidos y escenografías que remiten al imaginario gótico o extremo. El festival tiene lugar en varios escenarios al aire libre, estratégicamente situados en medio de un paisaje rural hermosísimo, entre viñedos y bosques, lo que crea una atmósfera única: la unión de la fuerza bruta de la música y la delicadeza de la naturaleza.
La infraestructura de Hellfest es impresionante. Con múltiples escenarios principales y secundarios, cada uno tiene su carácter propio. El escenario principal acoge a las bandas más reconocidas y esperadas, mientras que los secundarios ofrecen espacio para conciertos más íntimos o bandas emergentes, generando un encuentro entre ídolos consolidados y nuevos talentos. Además de los escenarios dedicados al heavy metal tradicional, hay espacio para subgéneros como death, black, doom, thrash, stoner, sludge, metalcore, hardcore, punk y variantes más extremas o híbridas. Paralelamente, eventos como Hell City, dedicado a la cultura del tatuaje, y Hell Print Market, con expositores de moda, accesorios y arte, complementan la experiencia, convirtiendo Hellfest en una celebración cultural global que trasciende la música.
La experiencia gastronómica no se queda atrás: hay numerosas casetas repartidas por todo el recinto, ofreciendo platos que van desde la comida rápida tradicional hasta propuestas más artesanales, incluyendo opciones vegetarianas, veganas, cervezas artesanales, hidromiel e incluso platos típicos franceses. La ambientación contribuye a crear un aire de fiesta medieval o fantástica, con decoraciones que evocan temas oscuros, místicos o posapocalípticos.
Socialmente, el festival destaca por reunir a una comunidad diversa apasionada por la música pesada. Es habitual ver grupos de fans de todas las edades, géneros y orientaciones, unidos por una pasión común. Algunas familias asisten con niños para transmitir la cultura del rock; jóvenes que buscan libertad y pertenencia; veteranos que viajan durante décadas para no perderse ninguna edición. Esto crea un ambiente plural, donde la tolerancia y el respeto son valores esenciales, aunque se respire una estética transgresora.
La programación de Hellfest está pensada para ofrecer una experiencia completa: generalmente dura tres días – viernes, sábado y domingo – aunque algunos eventos paralelos pueden extenderse. Cada noche alcanza su punto culminante con actuaciones épicas de bandas consagradas, pero también hay momentos de descubrimiento: miles de asistentes aprovechan para conocer grupos menos conocidos, haciendo verdaderos recorridos por los escenarios pequeños. Esto fortalece el sentido de comunidad y permite que músicos emergentes ganen nuevos seguidores.
Además de los conciertos, Hellfest ofrece actividades complementarias como talleres, encuentros con artistas, sesiones de autógrafos, exposiciones de arte y espacios de debate sobre temas relacionados con la cultura rock y metal. Las charlas pueden abarcar desde procesos creativos e historia de géneros musicales hasta técnicas de grabado, serigrafía y diseño de camisetas. También hay clases de introducción al headbanging o al mosh, muchas veces con humor y ligereza, dirigidas especialmente a fans que se estrenan en el festival.
La seguridad y la infraestructura del evento están cuidadosamente planificadas. El recinto cuenta con puestos médicos, equipos de primeros auxilios, presencia policial y sistemas de evacuación eficaces para controlar con rapidez cualquier situación adversa. Contenedores de basura, baños químicos suficientes y gestión de multitudes contribuyen a una experiencia segura para el público. La apuesta por la sostenibilidad es otra prioridad: se implementan acciones de reciclaje, se fomenta el uso de vasos retornables y se realizan campañas de concienciación para reducir el impacto ambiental local.
Otro aspecto relevante de Hellfest es su impacto económico y cultural en la región de Clisson. El evento genera un gran movimiento turístico que beneficia a alojamientos, hoteles, restaurantes y comercios locales. Muchos visitantes llegan varios días antes y se quedan tras el festival para disfrutar de la región vinícola y los paisajes. Esto crea un ciclo virtuoso de desarrollo y una imagen positiva para la zona, hoy reconocida internacionalmente gracias al festival.
A lo largo de los años, el festival ha enfrentado desafíos, desde condiciones climáticas adversas – lluvias intensas que pueden convertir el terreno en un lodazal – hasta críticas de grupos que cuestionaban el contenido visual o simbólico de los conciertos. Sin embargo, cada edición ha superado estos obstáculos mediante una organización resiliente que ha permitido evolucionar la infraestructura. Se han reforzado los escenarios, mejorado las áreas cubiertas y optimizado el drenaje del terreno. Las ediciones cuentan ahora con mayor seguridad y comodidades.
Culturalmente, Hellfest actúa como guardián de la escena metalera. Con una curaduría que valora tanto a los iconos como a los artistas emergentes, el festival contribuye a la vitalidad del género, impulsando nuevas bandas y atrayendo la atención de medios de todo el mundo. Ofrece escenario a grupos consagrados como Iron Maiden, Metallica, Slayer, Black Sabbath (en sus últimas presentaciones), Rammstein, Marilyn Manson y AC/DC, pero también a bandas francesas y de otros países que han ganado visibilidad internacional en Clisson.
La identificación del público con Hellfest es tan intensa que la experiencia va más allá del camping: los fans crean misiones personales, como reencontrarse con amigos, componer listas de reproducción para cada escenario, intercambiar camisetas y pins, hacerse “flash tattoos”, subir a la noria o a la tirolesa, acampar con decoración temática. Algunos incluso llevan instrumentos para improvisar jams al aire libre, especialmente en zonas de sombra y descanso.
En los últimos años – pese a recortes financieros ocasionales o restricciones internacionales, como durante la pandemia – el evento logró recuperarse con fuerza. Se introdujeron nuevos escenarios, se amplió la zona gourmet y se añadió una programación multidisciplinar con cine, teatro y danza. Novedades como “personal trainers” del mosh (para coordinar los mosh pits), espacios tranquilos para descanso sensorial y áreas infantiles han hecho al festival más inclusivo.
En términos de producción, los equipos de Hellfest son especialistas en escenografía, sonido, iluminación, etc. El sistema de sonido está calibrado para soportar volúmenes extremos y, a la vez, ofrecer claridad musical; la iluminación es potente e impactante – luces estroboscópicas, láser, pirotecnia – sin comprometer la seguridad; el audiovisual se supervisa y graba en vivo para transmitir el festival en redes y TV especializadas. La comunicación visual – desde el diseño web hasta la señalización– apuesta por una estética alineada con la iconografía del heavy metal, reforzando la identidad visual única del Hellfest.
En el calendario global de festivales, Hellfest se sitúa a comienzos de junio, solapándose parcialmente con otros eventos veraniegos de Europa. Esto hace que muchos fans organicen una “ruta de festivales” que incluya Clisson. La organización también ofrece paquetes de entradas con transporte combinado, opciones de camping “premium” con tiendas ya montadas y asistencia, así como rutas turísticas complementarias con visitas a monumentos regionales.
Por su visibilidad, Hellfest sirve como plataforma para colaboraciones con marcas de instrumentos, equipos de sonido e iluminación, moda alternativa, cervecerías artesanales y pequeñas industrias afines al universo rock. Los stands permiten probar guitarras, ver tatuadores en acción, visitar estudios fotográficos y asistir a lanzamientos discográficos. Así, el festival fomenta redes colaborativas entre músicos, gestores culturales, productores, periodistas y profesionales del turismo alternativo.
Durante sus dos décadas de existencia, Hellfest se ha afianzado como un fenómeno cultural que va más allá de lo musical. Es un punto de encuentro global, un catalizador para artistas emergentes, un referente de turismo cultural y un espacio donde la contracultura se expresa a gran escala. Ha sabido crear una experiencia híbrida: por un lado, fiel a las tradiciones del metal y el rock pesado; por otro, adaptándose a nuevas sensibilidades, promoviendo bienestar, sostenibilidad, accesibilidad y convivencia familiar.
En resumen, Hellfest representa mucho más que un festival: es una manifestación contemporánea de la cultura pesada que integra música, arte, moda, gastronomía y turismo, funcionando como plataforma cultural que conecta historia, identidad y futuro. Es un lugar donde el público no solo asiste a conciertos, sino que se involucra en un estilo de vida, creando memorias colectivas y participativas —ya sea coreando himnos, vibrando con solos, tatuándose en el momento, recorriendo carpas decoradas o paseando por Clisson, rodeado de multitudes coloridas y ruidosas. En ese territorio entre brutalidad y celebración, Hellfest cautiva, desafía y enamora a cada edición a quienes se atreven a participar.
Nombre del Evento: Hellfest Open Air 2026
¿Cuándo Sucede?: 18/06/2026 ~ 21/06/2026
¿Dónde Ocurre?: Hellfest Open Air – Clisson, Francia
Lugar del Evento
Observaciones
Hellfest es un festival de música que se celebra anualmente en la ciudad de Clisson, en la región de Loira Atlántico, Francia, y que se ha convertido en uno de los eventos más emblemáticos del metal y el rock pesado en el mundo. Surgido en los años 2000, el festival creció hasta convertirse en una referencia internacional, atrayendo a decenas de miles de aficionados de diversos continentes. Desde su creación, Hellfest se ha consolidado como un espacio vibrante de celebración de la cultura alternativa, abrazando distintas vertientes del rock y el metal, con escenarios variados y una programación amplia que mezcla nostalgia e innovación.
Clisson, una pintoresca localidad con el encanto típico del interior francés, vive una verdadera transformación durante los primeros días de verano. Sus callejuelas se llenan de color y movimiento cuando los visitantes visten estilos que van desde el negro monocromático hasta los más extravagantes, con piercings, tatuajes, cabellos teñidos y escenografías que remiten al imaginario gótico o extremo. El festival tiene lugar en varios escenarios al aire libre, estratégicamente situados en medio de un paisaje rural hermosísimo, entre viñedos y bosques, lo que crea una atmósfera única: la unión de la fuerza bruta de la música y la delicadeza de la naturaleza.
La infraestructura de Hellfest es impresionante. Con múltiples escenarios principales y secundarios, cada uno tiene su carácter propio. El escenario principal acoge a las bandas más reconocidas y esperadas, mientras que los secundarios ofrecen espacio para conciertos más íntimos o bandas emergentes, generando un encuentro entre ídolos consolidados y nuevos talentos. Además de los escenarios dedicados al heavy metal tradicional, hay espacio para subgéneros como death, black, doom, thrash, stoner, sludge, metalcore, hardcore, punk y variantes más extremas o híbridas. Paralelamente, eventos como Hell City, dedicado a la cultura del tatuaje, y Hell Print Market, con expositores de moda, accesorios y arte, complementan la experiencia, convirtiendo Hellfest en una celebración cultural global que trasciende la música.
La experiencia gastronómica no se queda atrás: hay numerosas casetas repartidas por todo el recinto, ofreciendo platos que van desde la comida rápida tradicional hasta propuestas más artesanales, incluyendo opciones vegetarianas, veganas, cervezas artesanales, hidromiel e incluso platos típicos franceses. La ambientación contribuye a crear un aire de fiesta medieval o fantástica, con decoraciones que evocan temas oscuros, místicos o posapocalípticos.
Socialmente, el festival destaca por reunir a una comunidad diversa apasionada por la música pesada. Es habitual ver grupos de fans de todas las edades, géneros y orientaciones, unidos por una pasión común. Algunas familias asisten con niños para transmitir la cultura del rock; jóvenes que buscan libertad y pertenencia; veteranos que viajan durante décadas para no perderse ninguna edición. Esto crea un ambiente plural, donde la tolerancia y el respeto son valores esenciales, aunque se respire una estética transgresora.
La programación de Hellfest está pensada para ofrecer una experiencia completa: generalmente dura tres días – viernes, sábado y domingo – aunque algunos eventos paralelos pueden extenderse. Cada noche alcanza su punto culminante con actuaciones épicas de bandas consagradas, pero también hay momentos de descubrimiento: miles de asistentes aprovechan para conocer grupos menos conocidos, haciendo verdaderos recorridos por los escenarios pequeños. Esto fortalece el sentido de comunidad y permite que músicos emergentes ganen nuevos seguidores.
Además de los conciertos, Hellfest ofrece actividades complementarias como talleres, encuentros con artistas, sesiones de autógrafos, exposiciones de arte y espacios de debate sobre temas relacionados con la cultura rock y metal. Las charlas pueden abarcar desde procesos creativos e historia de géneros musicales hasta técnicas de grabado, serigrafía y diseño de camisetas. También hay clases de introducción al headbanging o al mosh, muchas veces con humor y ligereza, dirigidas especialmente a fans que se estrenan en el festival.
La seguridad y la infraestructura del evento están cuidadosamente planificadas. El recinto cuenta con puestos médicos, equipos de primeros auxilios, presencia policial y sistemas de evacuación eficaces para controlar con rapidez cualquier situación adversa. Contenedores de basura, baños químicos suficientes y gestión de multitudes contribuyen a una experiencia segura para el público. La apuesta por la sostenibilidad es otra prioridad: se implementan acciones de reciclaje, se fomenta el uso de vasos retornables y se realizan campañas de concienciación para reducir el impacto ambiental local.
Otro aspecto relevante de Hellfest es su impacto económico y cultural en la región de Clisson. El evento genera un gran movimiento turístico que beneficia a alojamientos, hoteles, restaurantes y comercios locales. Muchos visitantes llegan varios días antes y se quedan tras el festival para disfrutar de la región vinícola y los paisajes. Esto crea un ciclo virtuoso de desarrollo y una imagen positiva para la zona, hoy reconocida internacionalmente gracias al festival.
A lo largo de los años, el festival ha enfrentado desafíos, desde condiciones climáticas adversas – lluvias intensas que pueden convertir el terreno en un lodazal – hasta críticas de grupos que cuestionaban el contenido visual o simbólico de los conciertos. Sin embargo, cada edición ha superado estos obstáculos mediante una organización resiliente que ha permitido evolucionar la infraestructura. Se han reforzado los escenarios, mejorado las áreas cubiertas y optimizado el drenaje del terreno. Las ediciones cuentan ahora con mayor seguridad y comodidades.
Culturalmente, Hellfest actúa como guardián de la escena metalera. Con una curaduría que valora tanto a los iconos como a los artistas emergentes, el festival contribuye a la vitalidad del género, impulsando nuevas bandas y atrayendo la atención de medios de todo el mundo. Ofrece escenario a grupos consagrados como Iron Maiden, Metallica, Slayer, Black Sabbath (en sus últimas presentaciones), Rammstein, Marilyn Manson y AC/DC, pero también a bandas francesas y de otros países que han ganado visibilidad internacional en Clisson.
La identificación del público con Hellfest es tan intensa que la experiencia va más allá del camping: los fans crean misiones personales, como reencontrarse con amigos, componer listas de reproducción para cada escenario, intercambiar camisetas y pins, hacerse “flash tattoos”, subir a la noria o a la tirolesa, acampar con decoración temática. Algunos incluso llevan instrumentos para improvisar jams al aire libre, especialmente en zonas de sombra y descanso.
En los últimos años – pese a recortes financieros ocasionales o restricciones internacionales, como durante la pandemia – el evento logró recuperarse con fuerza. Se introdujeron nuevos escenarios, se amplió la zona gourmet y se añadió una programación multidisciplinar con cine, teatro y danza. Novedades como “personal trainers” del mosh (para coordinar los mosh pits), espacios tranquilos para descanso sensorial y áreas infantiles han hecho al festival más inclusivo.
En términos de producción, los equipos de Hellfest son especialistas en escenografía, sonido, iluminación, etc. El sistema de sonido está calibrado para soportar volúmenes extremos y, a la vez, ofrecer claridad musical; la iluminación es potente e impactante – luces estroboscópicas, láser, pirotecnia – sin comprometer la seguridad; el audiovisual se supervisa y graba en vivo para transmitir el festival en redes y TV especializadas. La comunicación visual – desde el diseño web hasta la señalización– apuesta por una estética alineada con la iconografía del heavy metal, reforzando la identidad visual única del Hellfest.
En el calendario global de festivales, Hellfest se sitúa a comienzos de junio, solapándose parcialmente con otros eventos veraniegos de Europa. Esto hace que muchos fans organicen una “ruta de festivales” que incluya Clisson. La organización también ofrece paquetes de entradas con transporte combinado, opciones de camping “premium” con tiendas ya montadas y asistencia, así como rutas turísticas complementarias con visitas a monumentos regionales.
Por su visibilidad, Hellfest sirve como plataforma para colaboraciones con marcas de instrumentos, equipos de sonido e iluminación, moda alternativa, cervecerías artesanales y pequeñas industrias afines al universo rock. Los stands permiten probar guitarras, ver tatuadores en acción, visitar estudios fotográficos y asistir a lanzamientos discográficos. Así, el festival fomenta redes colaborativas entre músicos, gestores culturales, productores, periodistas y profesionales del turismo alternativo.
Durante sus dos décadas de existencia, Hellfest se ha afianzado como un fenómeno cultural que va más allá de lo musical. Es un punto de encuentro global, un catalizador para artistas emergentes, un referente de turismo cultural y un espacio donde la contracultura se expresa a gran escala. Ha sabido crear una experiencia híbrida: por un lado, fiel a las tradiciones del metal y el rock pesado; por otro, adaptándose a nuevas sensibilidades, promoviendo bienestar, sostenibilidad, accesibilidad y convivencia familiar.
En resumen, Hellfest representa mucho más que un festival: es una manifestación contemporánea de la cultura pesada que integra música, arte, moda, gastronomía y turismo, funcionando como plataforma cultural que conecta historia, identidad y futuro. Es un lugar donde el público no solo asiste a conciertos, sino que se involucra en un estilo de vida, creando memorias colectivas y participativas —ya sea coreando himnos, vibrando con solos, tatuándose en el momento, recorriendo carpas decoradas o paseando por Clisson, rodeado de multitudes coloridas y ruidosas. En ese territorio entre brutalidad y celebración, Hellfest cautiva, desafía y enamora a cada edición a quienes se atreven a participar.
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